Por Luis Armando Cordero Morales
"No hay nada tan indestructible como un símbolo, pero nada es capaz de tantas interpretaciones." ~ Goblet d Alviella
La Bandera de Cuba
A las doce del día del 20 de mayo de 1902, momento preciso del nacimiento jurídico de Cuba como estado independiente y soberano, se arrió la bandera norteamericana en todos los edificios públicos de la isla y se izó en su lugar la bandera cubana con su triángulo rojo, sus franjas blanquiazules y su estrella solitaria.
Al generalísimo Máximo Gómez le tocó el honor de izarla en el Morro. La misma ceremonia se repitió simultáneamente en el Palacio de los Capitanes Generales. Oficiaban allí el saliente gobernador militar norteamericano, Leonard Wood, y el presidente electo cubano, Tomás Estrada Palma, que en aquel momento asumía la jefatura del Estado que nacía.[1]
La Bandera de Cuba ya había sido enarbolada por primera vez en Cuba por el General de origen venezolano Narciso López en la ciudad de Cárdenas, provincia de Matanzas, el 19 de mayo de 1850.
Narciso López nació en Caracas, Venezuela, en 1797 y murió en La Habana, Cuba, el 1ro. de septiembre de 1851. Durante el proceso de emancipación de la América Hispana sirvió en el ejército español. Su última actuación en Venezuela, fue en la Batalla naval del Lago de Maracaibo (Última batalla de la independencia de Venezuela), donde al ser destrozada la flota española, huyó a Cuba con un grupo de marinos del lado realista. Al independizarse Venezuela llegó a Cuba en 1823 con los restos del ejército español.[2]
Cuatro años más tarde marchó a España, y allí luchó en la guerra civil que se desata en España (primera Guerra Carlista), donde sus méritos militares le elevaron al grado de brigadier en 1836. En 1839 recibió el cargo de gobernador de Valencia y un año más tarde fue ascendido a general. También ocupo el cargo de Gobernador Militar de Madrid y representante en las Cortes por Sevilla.[3]
Regresó a Cuba en 1840 con Jerónimo Valdés, que había sido nombrado Capitán General. Éste le confió la tenencia de Matanzas y Trinidad y la presidencia de la Comisión Militar, contrayendo asimismo matrimonio con una hermana de un gran terrateniente cubano.
A la caída de Valdés, el sucesor de éste, el Capitán General Leopoldo O'Donnell, le destituyó en 1843 de sus cargos, López fue privado de todos sus comandos y decidió retirarse a la vida civil.
En contacto con los grupos Autonomistas locales de las fortunas de la isla, se embarcó en acciones contra la metrópoli, como la llamada conspiración de la Mina de la Rosa Cubana, que tenía ramificaciones en toda la isla y tras cuyo fracaso se vio obligado a huir a Estados Unidos en 1848.[4]
Una vez en Nueva York, López fue contactado por un tal Ambrosio José Gónzales, miembro del "Havana Club", una organización secreta que lo había enviado desde la Habana para buscar apoyo en la anexión de Cuba a los Estados Unidos. En aquel mismo año, el contacto entre grupos separatistas cubanos fructificó en la organización de un Consejo Cubano en Nueva York.[5]
Narciso López, por su lado, se dedicó a preparar una expedición, a la financiación de la primera invasión de Cuba en 1849, a actividades de propaganda e incluso al diseño de la que es hoy la bandera cubana.[6]
Surgimiento de la Bandera
En el proceso de creación de la bandera cubana es imposible dejar de mencionar a la República del Norte (EE.UU.) ya que es allí donde se refugiaban la gran mayoría de los exiliados políticos cubanos a través de toda su historia y es allí donde surge y se crea el mayor símbolo cubano.
En el caso de los cubanos hay que tener presente que compartían un espacio geográfico el cual posibilitaba que fuese el lugar ideal para tener allí un refugio seguro así como también la base logística que se requería.[7]
De lo anterior se infiere que no es pura coincidencia que la Bandera Cubana fuera creada en una casa de huéspedes, residencia del matrimonio Teurbe Tolón, en la ciudad de New York, en los primeros días de junio de 1849.[8]
El general Narciso López y Uriola, citó allí a un grupo de sus colaboradores directos de La Junta Promovedora de los Intereses Políticos de Cuba, organización que tenía como objetivo luchar por la separación de Cuba de su metrópoli.[9]
Los colaboradores allí reunidos fueron: el general Narciso López y Uriola, Presidente de La Junta y su líder político. Cirilo Villaverde, su Secretario Privado y Secretario de la Junta, autor de la novela “Cecilia Valdés” que sería considerada posteriormente como la obra cumbre y emblemática de la literatura cubana. También estaban allí Miguel Teurbe Tolón, poeta y dibujante y Manuel Hernández.[10]
Hay que destacar que este grupo de personas también había participado en la conspiración de 1848 organizada en Cuba y que era conocida como la Conspiración de “La Mina de la Rosa Cubana” organizada y liderada por el general López, que tuvo su núcleo central en la zona de Manicaragua y Trinidad y con ramificaciones en Cienfuegos, Matanzas y Villa Clara, conspiración que es descubierta por los españoles en junio de 1848, por lo que todos tienen que exiliarse en los Estados Unidos. Todos ellos eran masones de reconocida trayectoria condición, dato que se menciona por tener implicaciones en la creación de la bandera cubana.[11]
De acuerdo a la versión ofrecida por Cirilo Villaverde, secretario personal del general Narciso López, éste llevó a la reunión de New York un boceto realizado con lápiz de color, tomando como base su proyecto de bandera de un año antes en la conspiración de “La Mina de la Rosa Cubana”, contentiva de los colores republicanos, (azul, blanco y rojo) que sería el embrión de la nueva bandera.[12]
Para este nuevo diseño propuso “el triángulo equilátero”, que representa la principal innovación que ostenta y distingue el pabellón cubano del resto de las demás banderas creadas hasta entonces en el mundo. El triángulo equilátero es un símbolo de la masonería escocesa.[13]
El significado de los símbolos reflejados en la Bandera Cubana, los dio hace más de 150 años, Cirilo Villaverde y aparece en libro de Francisco J. Ponte Domínguez, "La Masonería en la Independencia de Cuba":
"Hoy es bastante conocido quien fue el autor del estandarte aunque es menos divulgada su génesis, inspirada en la simbología masónica. Según testimonio de Cirilo Villaverde, a principios de 1849 acostumbraban a reunirse, en la casa del también masón y poeta Teurbe Tolón, varios cubanos partidarios de la causa separatista. En una de estas tertulias se comenzaron a manejar ideas para la elaboración del pabellón cubano. Narciso López propuso tres franjas azules en campo blanco, representativas de las tres regiones militares en que se dividía el país. Para el color rojo, según Villaverde (...) "López, que era francmasón, naturalmente optó por el triángulo equilátero", que simboliza la grandeza del poder que asiste al Gran Arquitecto del Universo y cuyos lados iguales aluden a la divisa masónica de libertad, igualdad, fraternidad y a la división tripartita del poder democrático. La estrella de cinco puntas significa la perfección del maestro masón: la fuerza, la belleza, la sabiduría, la virtud y la caridad.... " [14]
Manuel Hernández sugirió poner en el centro de dicho triángulo el “ojo de la providencia” por ser también un símbolo de la masonería y para seguir las leyes de la heráldica. Según relata Cirilo Villaverde en su diario, el general López se opuso alegando lo siguiente:
”en el centro del triángulo solo correspondía poner la Estrella de Cuba levantándose sobre campo de sangre para presidir la lucha y alumbrar el camino trabajoso y obscuro de la libertad e independencia de la patria aherrojada”.[15]
Era obvio que la bandera creada por López necesariamentehacía hacía referencia a dos grandes acontecimientos políticos e históricos de su tiempo: la guerra de independencia de los Estados Unidos que hizo nacer su propia bandera, y la bandera de Francia, la Francia insurgente de 1789, del sentido de aquellos tres colores, rojo, azul y blanco: libertad, igualdad y fraternidad.tenía la influencia tricolor de las banderas de los revolucionarios norteamericanos y franceses.
Hay versiones que se refieren a que la estrella escogida era la de la Bandera de Texas, pero ¿A qué otra estrella podían remitirse los cubanos separatistas que no fuera la Estrella que inmortalizó en 1823 el Poeta Nacional cubano José María Heredia en sus versos “La Estrella de Cuba,?“.[16] Heredia tuvo una influencia decisiva en su generación, particularmente entre los precursores de la independencia y era masón al igual que López y sus colaboradores. Este poema fue creado por Heredia en octubre de 1823 y editado en 1832 y es considerado por muchos el primer poema revolucionario de la patria cubana.
En su libro “La Novela de mi Vida”, inspirada en la vida del poeta José María Heredia, Leonardo Padura nos dice lo siguiente:
“Sus versos largamente prohibidos y censurados en Cuba, fueron sin embargo aprendidos por los jóvenes cubanos y recitados como clave de entendimiento y pronto simbolizaron un ideario que asumiría incluso la estrella de Cuba para llevarla a la bandera, y las palmas- ausentes en el Niágara, señoras del Valle del Yumurí- para plasmarlas en su escudo.”[17]
Volviendo al tema que nos ocupa, el general López, después de oír criterios y conseguir el acuerdo de todos aprueba definitivamente la bandera. El dibujo final de la bandera concebida se lo encarga el General López, a Miguel Teurbe Tolón en su condición de dibujante.
Una vez finalizada está histórica reunión, creada ya la bandera, la que se convertiría veinte años después en el símbolo oficial de los cubanos, el general Narciso López le encomienda, personalmente, a la también patriota Emilia Teurbe Tolón, esposa y prima del poeta Miguel Teurbe Tolón para que confeccionara en tela, el primer prototipo de la Bandera Cubana.
Cuando aquel diseño estuvo terminado, una bandera de tamaño heroico se izó por primera vez en la ciudad de Nueva York en el edificio del periódico The Sun, situado en las calles Fulton y Nassau. Reproducciones viajaron a Nueva Orleáns y otros territorios. Emilia traería dentro de un cojín la suya propia a Matanzas, su tierra, y sería enviada al Camagüey y a los territorios centrales donde sería enarbolada por Isidoro Armenteros y Joaquín de Agueros. Ya nadie podría olvidar estos colores ni estos símbolos. En poco tiempo, la bandera se convirtió en una leyenda.
Al año siguiente, Narciso López usó esta misma bandera para llevar a cabo el 9 de mayo de 1850 su proyecto expedicionario, al desembarcar en Cárdenas con 600 hombres a bordo del Vapor Creole, pero el escaso apoyo recibido en la isla y la inferioridad de sus fuerzas le obligaron a retirarse. La fracasada invasión, que duró sólo un día, con tropas de voluntarios de varios estados del sureste de los Estados Unidos y con el General Ambrosio José González como segundo al mando, para siempre ha señalado a la ciudad de Cárdenas como "Ciudad Bandera", por ser allí donde se izara por primera vez la que luego sería la enseña nacional cubana.[18]
Es conveniente intercalar aquí el dato de que en el mes de enero de 2010 la Sala de las Banderas del Museo de la Ciudad de la Habana recibió de manos de Enrique Arturo Antonio Houston Touceda una de las banderas originales ondeadas en Cárdenas en 1850, que será destinada a la colección de insignias independentistas cubanas, custodiada por la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana. La bandera conservada celosamente Juan Manuel Macías, amigo y fiel colaborador del General Narciso López, a quien acompañó desde tierras norteamericanas en la expedición del vapor Crole.[19]
Donación al Museo de la Ciudad de la Habana de la bandera utilizada en las luchas independentistas cubanas.
El 11 de abril de 1869, un año después del comienzo de la Guerra de los Diez Años, se reunió la primera Asamblea Constituyente de la República de Cuba en Armas en Guaimaro, Provincia de Camagüey. El debate se enfocó entre dos banderas de gran simbolismo, la Demajagua creada por Carlos Manuel de Céspedes al dar comienzo a la guerra independentista, y la de la Estrella Solitaria de Narciso López, siendo ésta la elegida, ya que Narciso López había sido quien había dado el primer paso por la libertad de Cuba. La bandera de La Demajagua no fue desechada, sino al contrario, fue puesta en las sesiones de la Cámara de Representantes y conservada como parte del tesoro nacional. José Martí usó la bandera Narciso López para el Partido Cubano Revolucionario en 1892 y la misma fue designada como la bandera oficial de Cuba en 1903.
Las especificaciones de diseño de la bandera cubana fueron establecidas por el primer presidente de Cuba, Tomás Estrada Palma, mediante Decreto, el 21 de abril de 1906 y han permanecido sin modificaciones desde entonces. Su forma: Es rectangular, de doble largo que ancho, compuesta por cinco franjas horizontales del mismo ancho, tres de color azul turquí y dos blancas dispuestas de forma alternada. Un triángulo equilátero de color rojo, en uno de sus extremos, uno de cuyos lados es vertical, ocupa toda la altura de la bandera y constituye su borde fijo. Dicho triángulo, lleva en su centro una estrella blanca de cinco puntas, inscripta en una circunferencia imaginaria, cuyo diámetro es igual a un tercio de la altura de la bandera, con una de sus puntas orientada hacia el borde libre superior de la bandera.
Como hemos mencionado anteriormente, López era venezolano de nacimiento, ex combatiente de la guerra de independencia latinoamericana contra las tropas de Bolívar; ironías de la historia. López no pretendía en última instancia la independencia de la isla, sino más bien -como en el caso de Tejas- su eventual anexión a los Estados Unidos.[20]
Lamentablemente para López su concepto de independencia y libertad estaba viciado, y la abolición de la esclavitud nunca entró dentro de sus planes para lo que se convertiría en la obsesión de lo que le quedaba de vida, la libertad de Cuba. Sin embargo, mientras la libertad había sido unánimemente vista como un sistema de independencia total por los emancipadores americanos, López tenía una idea un tanto diferente que tanto entonces, como ahora, no le perdonarían los historiadores: Cuba, para ser libre, tenía que ser norteamericana.[21]
No obstante lo anterior, se considera que lejos de ser un imperialista disfrazado, Narciso López simplemente sufría de los conceptos aun arraigados en los hombres de la época sobre la libertad de las naciones, que no siempre incluían la abolición de la esclavitud.
Es curioso que una bandera nacida a la sombra del anexionismo como la de don Narciso hubiera llegado a convertirse en la enseña de un movimiento emancipador y nacionalista como lo fue el gestado por Jose Martí años después. Sobre todo al existir una prestigiosa bandera rival: la que enarbolara Carlos Manuel de Céspedes en 1868 a nombre de una insurrección, la Guerra de los Diez Años, que nació claramente independentista y abolicionista y se mantuvo vigente por toda una larga década de heroica lucha.[22]
Donde la bandera de Narciso López era y es profundamente original, fue en su inspirado uso del triángulo. La cubana fue la primera enseña nacional en el mundo en ostentar un triángulo junto al asta. El triángulo, de origen masónico y, concretamente, elemento visual del mandil o delantal ritual de los masones, marca un hito en el diseño de banderas a nivel global.[23]
El triángulo, de origen masónico, elemento visual del mandil o delantal ritual de los masones está presente tanto en la bandera de Cuba como en la Puerto Rico.
La cubana es, por lo tanto, una de un puñado de banderas prototipo. Ha sido ampliamente imitada y copiada desde el Caribe hasta el Pacífico y el Indico, pasando por Europa, Asia y Africa. No menos de 16 banderas nacionales del mundo se ajustan al diseño cubano.[24]
La Bandera de Puerto Rico
La bandera puertorriqueña del triángulo y la estrella se creó durante la última década del siglo XIX como insignia de los separatistas puertorriqueños residentes en la ciudad de Nueva York. La identidad del autor del diseño ha sido motivo de un acalorado debate, mencionándose entre sus posibles autores a los patriotas puertorriqueños Don José de la Matta Terreforte, Don Antonio Vélez Alvarado, Don Manuel Besosa y el poeta Guerrillero Gonzalo (Pachín) Marín. [25]
La bandera se popularizó y conoció primeramente como la insignia del organismo central de los grupos separatistas puertorriqueños en Nueva York, la Sección Puerto Rico del Partido Revolucionario Cubano.
Esta se presentó y adoptó como insignia del organismo durante la primera asamblea general de la Sección Puerto Rico, celebrada en Chimney Mall, Nueva York, el día 22 de diciembre de 1895.
El diseño adoptado como bandera de la Sección Puerto Rico, fue presentado a la asamblea de miembros por Don José de la Matta Terraforte, uno de los sobrevivientes de la gesta de Lares que estaba a cargo de la Sección Puerto Rico.
Como hemos mencionado anteriormente, la bandera tiene el diseño y los colores idénticos que la de Cuba, pero alternados es decir: donde la bandera cubana tiene rojo, la puertorriqueña tiene azul y a la inversa.
La descripción es la siguiente cinco franjas horizontales, tres rojas y dos blancas alternadas y superpuesto sobre las franjas un triángulo equilátero azul, uno de cuyos lados forma el extremo de la bandera junto al asta . El color del triángulo es azul celeste. Sobre el triángulo va superpuesta una estrella blanca de cinco puntas, colocada de tal forma que una de sus puntas señala hacia arriba. La bandera simboliza la hermandad en la lucha revolucionaria entre el pueblo cubano y el puertorriqueño, debido al hecho de que, el grupo de separatistas puertorriqueños que adoptaron el diseño de la bandera como emblema de su grupo, la Sección Puerto Rico, estaba asociada a los separatistas cubanos que luchaban con idénticos ideales bajo el Partido Revolucionario Cubano.[26]
La bandera puertorriqueña fue bordada por María Manuela "Mima" Besosa según narra Roberto H. Todd o por Micaela Dalmau, según la versión de Antonio Vélez Alvarado.
En su ensayo titulado "Antonio Vélez Alvarado: amigo y colaborador consecuente de Martí y Betances", el historiador Ovidio Dávila Dávila nos dice lo siguiente y citamos :
" ....—el 11 de junio de 1892—, Antonio Vélez Alvarado se encontraba en su apartamento, localizado en el número 219 de la calle 23, a poca distancia de sus oficinas en el llamado “Consulado de Puerto Rico”. Conforme al testimonio del prócer manatieño, en la pared de su cuarto colgaba una bandera de Cuba, la cual se puso a contemplar, por unos instantes, buscando descansar la vista. Al cambiar súbitamente la mirada, Vélez Alvarado experimentó una ilusión óptica provocada —según él interpretó— como por un “raro daltonismo”, en la que percibió que el triángulo rojo de la bandera se había tornado azul, y rojas las franjas azules. Cautivado por la imagen percibida de un triángulo azul con la estrellablanca y unas franjas rojas —que consideró pudiera ser el diseño ideal para que fuera la bandera de Puerto Rico—, Vélez Alvarado sale inmediatamente hacia la botica de su amigo Domingo Peraza, donde adquiere papeles de seda en los tres colores. De regreso en su habitación, pacientemente corta los papeles blancos, rojos y azules, y con ellos confecciona el primer modelo de una bandera para Puerto Rico basada en la inversión de los colores de la de Cuba.
Pocos días más tarde, en la casa de hospedajes de su vecina, la puertorriqueña doña Micaela Dalmau viuda de Carreras, quien vivía en el número 221 de la calle 23, Vélez Alvarado ofrece una cena y velada para la cual José Martí es especialmente invitado. A la misma concurren, entre otros, Sotero Figueroa, “Pachín” Marín, José Sanavia [Sanabria], y el joven poeta boricua Manuel Soler y Martorel. Vélez Alvarado aprovecha la ocasión para enseñarle a Martí la propuesta bandera de Puerto Rico que fuera confeccionada en tela de seda por doña Micaela, siguiendo el modelo ideado por él. José Martí contempla la bandera, mientras Vélez Alvarado le explica cómo le surgió la idea. Es en esa ocasión que Martí le imparte su aprobación [como Delegado del Partido Revolucionario Cubano] a la nueva bandera. En consecuencia, desde ese día Cuba y Puerto Rico, hermanados en sus sacrificios y luchas comunes, tendrán sus respectivos pabellones basados en un mismo patrón. Es, entonces, cuando doña Micaela se sienta al piano para interpretar, a modo de celebración, el himno de los puertorriqueños, La Borinqueña, con la letra revolucionaria inspirada por el “dulce Bardo del Tanamá” —que era como le llamaba Vélez Alvarado a “Pachín” Marín—, la cual es entonada a coro por todos los presentes." [27]
Durante los años del 1898 al 1952 era un delito izar la bandera de Puerto Rico. Adoptada la bandera puertorriqueña fue utilizada por primera vez en la Intentona de Yauco el 24 de marzo de 1897. El Partido Nacionalista la acogió como su emblema en las elecciones de 1932. Blanca Canales proclamó la República de Puerto Rico en Jayuya en 1950 utilizando esta bandera y Lolita Lebrón la desplegó durante el ataque al Congreso en 1954. En los años 1916, 1922, 1927 y 1932 las cámaras legislativas trataron de oficializar la bandera sin éxito.
El 25 de julio de 1952, el gobernador Luis Muñoz Marín proclamó en acto público la Constitución del Estado Libre Asociado de Puerto Rico y por primera vez iza oficialmente la bandera de Puerto Rico junto a la de los Estados Unidos. Desde que se aprobó en 1952, el triángulo era confeccionado con un azul oscuro muy semejante al de la bandera de los Estados Unidos. Pero desde 1995, se han venido usando tonos de azul más claros. Este cambio, por no estar estipulado en ley alguna, sigue sin resolver las posibles dudas sobre los colores.
Instante en que Don Luis Muñoz Marín iza la Bandera de Puerto Rico el 25 de julio de 1952.
En una entrevista para el periódico Primera Hora don José Luis Pérez Aquino, propietario de la fábrica puertorriqueña Tropical Flag, nos cuenta lo siguiente:
“Es increíble que a estas alturas yo tengo que fabricar tres banderas puertorriqueñas. En ningún país tienen dos o tres banderas. Los colores son serios, las banderas son claras y describen la historia”, manifestó el dueño de la fábrica puertorriqueña que confecciona las banderas oficiales gubernamentales, entre otras.
La que más venden es “el color que es”, la color azul turquí o royal, pero “tengo que fabricar tres banderas para satisfacer las necesidades y cumplir con las distintas ideologías”.[28]
José Luis Pérez Aquino, fabricante y experto en banderas, viajó a Cuba en búsqueda de la historia de la monoestrellada, instruido por el historiador Ovidio Dávila.
José Luis Pérez Aquino, fabricante y experto en banderas, viajó a Cuba en búsqueda de la historia de la monoestrellada, instruido por el historiador Ovidio Dávila.
“Los independentistas me la piden azul celeste. Los que tienen planteamientos estadistas la piden azul oscuro para que se asimile más a la americana. Es la bandera azul royal, la que más se asimila a la cubana (la correcta) y es la que se usa en la gran mayoría de las agencias”, puntualizó Pérez Aquino en el reportaje del periódico Primera Hora.
“Con todo el respeto de las distintas ideologías políticas, no se trata de inventar, sino de buscar los hechos. Yo entiendo que los hechos históricos están en los archivos en Cuba... Yo como fabricante, fabrico la bandera del color que me pidan. Pero entiendo que se debe de corregir, crear conciencia en el pueblo de que la bandera tiene un solo formato en cuestión de colores, siguiendo los hechos históricos, no los hechos políticos”, concluyó Pérez Aquino.[29]
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(1) Bretos Miguel A., "La bandera del 20 de mayo", Revista Fenix. Edición No.30, Ano No.14. 1era. Quincena de Junio 2006, p.12
(2) "Narciso López", http://es.wikipedia.org
(3) Ibid.
(4) Ibid.
(5) Ibid.
(6) Ibid
(7) Toledo Cabrera, Cayetano,"LA BANDERA CUBANA. Su Creador. Polémica y Justicia Histórica.", http://www.desdecuba.com
(8) Ibid.
(9) Ibid.
(10) Ibid.
(11) Ibid.
(12) Ibid.
(13) Ibid.
(14) Ponte Domínguez, Francisco J. "La masonería en la Independencia de Cuba", Editorial "Modas Magazine". La Habana, 1954. pág.44.
(15) Toledo Cabrera, Cayetano," LA BANDERA CUBANA. Su Creador. Polémica y Justicia Histórica.", http://www.desdecuba.com
(16) Ibid.
(17) Ibid.
(18) Ibid.
(19) Magda Resik Aguirre y Yoel Lugones Vázquez, "El destino de esta Bandera siempre fue Cuba", http://www.5septiembre.cu
(20) Ponte Domínguez, Francisco J. "La masonería en la Independencia de Cuba", Editorial "Modas Magazine". La Habana, 1954. pág.44.
(21) Morales, Gustavo, "Narciso López: Mercenario de la Libertad", http://elnuevocojo.com
(22) Bretos, Miguel A., "La bandera del 20 de mayo", Revista Fenix. Edición No.30, Ano No.14. 1era. Quincena de Junio 2006, p.12
(23) Ibid
(24) Ibid
(25) Figueroa de Cifredo, Patria, "Pachín Marín: Héroe y poeta", (Instituto de cultura Puertorriqueña, San Juan, PR: 1967), p. 73
(26) Ibid.
(27) Dávila Dávila, Ovidio, "Antonio Vélez Alvarado: amigo y colaborador consecuente de Martí y Betances.", http://www.icp.gobierno.pr.
(28) Mariana Cobián,"La bandera puertorriqueña tiene tres versiones",
http://www.primerahora.com, martes,14 de julio de 2009.
(29) Ibid.
El autor es Vice Presidente de la Fundación Encuentro Histórico Hispanoamericano residente en Guayama, Puerto Rico.
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